La calle adoquinada de Augustinerstrasse, en el casco viejo de Maguncia, es ideal para ir de compras mientras observas magníficos edificios históricos coloridos.
Esta ciudad alemana ofrece a sus visitantes aventuras salvajes, teatros de primera clase, interesantes museos y galerías y fabulosos vinos y especialidades gastronómicas.
La Marktkirche es todo un tesoro del siglo XIV que deslumbra con su estilo gótico y sus muros de ladrillo rojo a todos aquellos que se acercan a contemplarla.
Los únicos rascacielos de Alemania se encuentran en la capital económica de Europa, que también es una ciudad conocida por su vino dulce de manzana y algunos de los mejores museos del país.
Huye de la ciudad y refúgiate en uno de los parques urbanos más grandes del mundo, que alberga lagos y praderas, además de cervecerías al aire libre y una variedad de interesantes objetos históricos.
Prueba los variados vinos blancos y espumosos que se producen a partir de las uvas de esta espectacular región, en los alrededores de los ríos Mosela y Nahe.
Disfruta de los deportes acuáticos en el lago Maschsee, de bonitos paseos en barco en verano y del hockey sobre hielo y el patinaje en familia en invierno.
Recorre las antiguas murallas de la ciudad medieval de Bremen y observa las casas, los museos de arte y los teatros del siglo XVIII con los que te cruzarás a lo largo de este corredor histórico.
Pasea por el arboreto y los cuidadísimos jardines de uno de los parques botánicos más grandes de Europa, en el que podrás ver majestuosos árboles centenarios, plantas poco comunes y flores tropicales.
A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.
A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.