Regálate unas vacaciones en el pueblo ribereño de Dinant, una localidad del sur de Bélgica con una ciudadela antigua, una catedral gótica y un museo dedicado al creador del saxofón.
Con su bonita arquitectura medieval, sus agradables canales y delicias como el exquisito chocolate y la cerveza, no es de extrañar que más de 2 millones de turistas se acerquen a esta ciudad belga cada año.
En las colinas repletas de bosques del sureste de Bélgica se esconden pueblecillos y castillos históricos, en un entorno ideal para montar a caballo, esquiar, caminar o pescar.
En las colinas repletas de bosques del sureste de Bélgica se esconden pueblecillos y castillos históricos, en un entorno ideal para montar a caballo, esquiar, caminar o pescar.
Con su bonita arquitectura medieval, sus agradables canales y delicias como el exquisito chocolate y la cerveza, no es de extrañar que más de 2 millones de turistas se acerquen a esta ciudad belga cada año.
Regálate unas vacaciones en el pueblo ribereño de Dinant, una localidad del sur de Bélgica con una ciudadela antigua, una catedral gótica y un museo dedicado al creador del saxofón.
Contempla la impresionante arquitectura gótica de esta catedral histórica; visita las ruinas románicas que yacen bajo sus cimientos; o escucha el sonido de las 49 campanas de sus torres.
Regálate unas vacaciones en el pueblo ribereño de Dinant, una localidad del sur de Bélgica con una ciudadela antigua, una catedral gótica y un museo dedicado al creador del saxofón.
¿Qué lugar mejor para disfrutar de la comida y el arte que las ciudades medievales? Visita las cervecerías alojadas en antiguos monasterios y recorre los palacios reales de siglos pasados.
Contempla la impresionante arquitectura gótica de esta catedral histórica; visita las ruinas románicas que yacen bajo sus cimientos; o escucha el sonido de las 49 campanas de sus torres.
Contempla la impresionante arquitectura gótica de esta catedral histórica; visita las ruinas románicas que yacen bajo sus cimientos; o escucha el sonido de las 49 campanas de sus torres.
En las colinas repletas de bosques del sureste de Bélgica se esconden pueblecillos y castillos históricos, en un entorno ideal para montar a caballo, esquiar, caminar o pescar.
Contempla la impresionante arquitectura gótica de esta catedral histórica; visita las ruinas románicas que yacen bajo sus cimientos; o escucha el sonido de las 49 campanas de sus torres.
Con su bonita arquitectura medieval, sus agradables canales y delicias como el exquisito chocolate y la cerveza, no es de extrañar que más de 2 millones de turistas se acerquen a esta ciudad belga cada año.