En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.
Esta ciudad, entrada al parque natural de Ría Formosa, cuenta con un centro amurallado de edificios históricos rodeado de vistosos bancos de arena, playas y marismas.
Durante siglos, las murallas de Faro han rodeado los importantes tesoros de la ciudad, desde su capilla de los Huesos hasta un castillo convertido en cervecería.
Tras la ebanistería dorada y las vidrieras de la nave y los intrincados detalles de la fachada barroca, se esconden las macabras calaveras de la capilla de los Huesos.
Tras la ebanistería dorada y las vidrieras de la nave y los intrincados detalles de la fachada barroca, se esconden las macabras calaveras de la capilla de los Huesos.
Esta ciudad, entrada al parque natural de Ría Formosa, cuenta con un centro amurallado de edificios históricos rodeado de vistosos bancos de arena, playas y marismas.
Esta ciudad, entrada al parque natural de Ría Formosa, cuenta con un centro amurallado de edificios históricos rodeado de vistosos bancos de arena, playas y marismas.
Tras la ebanistería dorada y las vidrieras de la nave y los intrincados detalles de la fachada barroca, se esconden las macabras calaveras de la capilla de los Huesos.
Durante siglos, las murallas de Faro han rodeado los importantes tesoros de la ciudad, desde su capilla de los Huesos hasta un castillo convertido en cervecería.
Tras la ebanistería dorada y las vidrieras de la nave y los intrincados detalles de la fachada barroca, se esconden las macabras calaveras de la capilla de los Huesos.
En el museo de esta catedral se exponen interesantes reliquias religiosas. Desde el tejado, se puede contemplar el casco antiguo, el océano y las marismas.