La catedral de St. Paul es un edificio barroco del siglo XVII que podría considerarse el punto de referencia más emblemático de Londres. Es la obra más conocida del arquitecto más famoso de Gran Bretaña, Sir Christopher Wren. La catedral se erige en el punto más alto de Londres, Ludgate Hill, con vistas al resto de la ciudad. Tiene una altura de 111,6 metros. En la catedral se celebran desde bodas hasta funerales de estado.
Admira el diseño barroco de la imponente catedral. Alza la vista hacia la bóveda central, que destaca sobre el resto del edificio y de la ciudad. La cúpula de la Ciudad del Vaticano, de Miguel Ángel, inspiró al arquitecto en la creación de esta bóveda, que puede verse desde casi toda la ciudad.
Contempla la compleja fachada del lado oeste de la catedral. Déjate cautivar por las torres gemelas que se elevan a ambos lados de la gran entrada. Admira los diez pares de columnas del centro.
Una vez en el inmenso interior de la catedral, alza la vista y observa los majestuosos arcos y columnas. No te pierdas sus obras de arte, como esculturas, pinturas y artesanías en metal. Localiza el gran monumento al Duque de Wellington, político y militar, montado a caballo.
Haz una visita guiada por la iglesia o consigue una audio guía. La iglesia abre todos los días, desde la mañana hasta la tarde, excepto los domingos.
La construcción de la catedral fue parte de un proyecto para reconstruir la ciudad tras el Gran Incendio de Londres de 1666. Aquí se celebraron los funerales de los héroes de guerra Horatio Nelson y Winston Churchill, así como el de la primera ministra Margaret Thatcher. Entre otros eventos memorables, cabe destacar la boda del príncipe Carlos y Lady Diana, además de la celebración del jubileo de diamante de la reina Isabel II.
La catedral de St. Paul está en el centro de Londres, a unas pocas calles al norte del río Támesis. Alrededor de la catedral encontrarás varias paradas de metro con conexiones excelentes. Aunque muchos autobuses llegan hasta la catedral, también puedes coger el ferry que recorre el río Támesis. No lo dudes y aprovecha tu viaje a Londres para visitar la imponente catedral de St. Paul.